¡Ay Tatita Dios!
pena mi alma cada día
cuando me voy a subir
a esta vieja jarrilla.
Que entre los hierros desnudos
no se me vaya a romper,
la falda que traigo puesta
cuando me arrime al sillón.
Ya subieron las gallinas
y los canastos del pan
y allá arriba en la parrilla,
un coche van a amarrar.
Ya nos están empujando…
…¡Que donde van dos caben tres!
¡Que si van tres, caben cuatro!
¡Que ya me majan los pies!
Ya bajando la pendiente
donde da vuelta el chofer
los gritos se están oyendo
Y es que no sufre solo el humano,
los animales sufren también
y esta vieja camioneta
que parece… ¡Se va a romper!
Así es en la mañana
y al medio día también,
la pena sigue en la tarde
¡Y otra vez a las seis!
¿Será que no vale el dinero
que pagamos al chofer?
Que subiendo pasaje sinnúmero
¿No la lleva a componer?
Su instrumento de trabajo
lo tiene de mal parecer,
mortificando nuestro viaje
cual pena que padecer.
Autora: Malena
Crédito de la imagen: Malena